viernes, 2 de diciembre de 2011

Mono: Hymn to the Immortal Wind

Los de la foto son los integrantes de un grupo japonés de post-rock que se hace llamar Mono. Si habéis seguido con cierta asiduidad este blog durante los últimos meses (o quizás ya años) sabréis de mi afición por este género bajo cuyo paraguas se cobijan propuestas musicales que en ocasiones poco tienen que ver las unas con las otras.

Takaakira Goto (guitarra eléctrica, glockenspiel), Yoda (guitarra eléctrica, glockenspiel), Tamaki Kunishi (bajo, guitarra eléctrica  piano, glockenspiel), Yasunori Takada (percusiones glockenspiel, sintetizadores).

Si, a pesar de ello, tuviéramos que tratar de destilar en unos pocos adjetivos, en ocasiones necesariamente yuxtapuestos,  la esencia de este denso perfume llamado post-rock podríamos emplear algunos como instrumental, emocionante, intenso, rotundo, delicado, ambiental, explosivo, luminoso, oscuro, progresivo, desdibujado (por impresionista), épico,  tenso, melancólico y, por encima de todo, hermoso.

Ayer, mientras veía en casa el DVD del concierto que estos japoneses de riguroso luto dieron en Nueva York el año pasado para celebrar sus 10 años de historia como banda, acompañados por una tremenda orquesta de 24 miembros que se las veía y deseaba para tocar en la oscuridad casi total del escenario, no podía dejar de pensar en que la música de Mono es para mi, probablemente, el paradigma del post-rock más épico y al tiempo delicado; el post-rock de inevitable, palpable y creciente tensión musical que se eleva y eleva en el cielo hasta romperse y explotar en mil pedazos para colapsarse sobre sí mismo y comenzar a crecer de nuevo en un círculo sin fin... y que tanto me flipa como buen gafapasta que soy.



Muchos de los alucinantes temas que tocaron en este concierto, y que están recogidos en un CD + DVD o LP doble denominado Holy Ground: NYC Live With The Wordless Music Orchestra, proceden de un trabajo anterior, que fue precisamente a través del cual conocí a la banda.


Hymn to the Immortal Wind es un disco redondo sin palitativos, épico a falta de un término más potente que como de costumbre soy incapaz de encontrar. Para degustar con calma desde la primera canción a la última y sin saltarse ninguna. Una delicia sónica que estoy seguro de que puede dejar a más de uno con la boca abierta y el corazón sangrando.  

Hymn to the Immortal Wind es la perfección hecha post-rock, sin más. Y si no me creéis escuchad, escuchad...


¡Feliz y muy musical fin de semana!

No hay comentarios :